Soy Eva, la esposa del noble Adán; fui yo quien violó a Jesús en el pasado; fui yo quien robó a mis hijos el cielo; soy yo, con razón, quien debería haber sido crucificada.
Tuve el cielo a mi disposición; el mal fue la mala elección que me avergonzó; el mal fue el castigo por mi crimen que me ha envejecido; ay, mi mano no es pura.
Fui yo quien arrancó la manzana; pasó por la angostura de mi garganta; mientras vivan bajo la luz del día, las mujeres no dejarán de cometer necedades por causa de eso.
No habría hielo en ningún lugar; no habría brillante invierno ventoso; no habría infierno, no habría pena, no habría terror si no fuera por mí.
- Anónimo, irlandés antiguo
En esta obra, el mito del génesis del mundo y la culpa de Eva en la caída del hombre son cuestionados en su poder como fundamentos de una cultura e idiosincrasia misóginas, y, en consecuencia, de la discriminación, el odio y la violencia a la que las mujeres han sido sometidas, así como de la indiferencia, impunidad y culpabilización de las víctimas que las retratan como responsables del daño que sufren.
Lugares imaginados donde nació el mito (el Jardín del Edén) y donde ocurre su expresión misógina más extrema—el feminicidio—(un campo abandonado), junto con una de sus interpretaciones más destructivas, toman forma en una instalación de video de tres canales que utiliza la sutileza contemplativa de la fotografía viviente, acompañada por una lectura en voz en off de un antiguo lamento irlandés, que señala los orígenes occidentales del mito, sus representaciones y sus consecuencias inevitables en el mundo cristiano y predominantemente occidental.
REPARTO Y EQUIPO
Modelos
Jamie Andrea Arévalo
Cecilia Poveda
Voces
Paloma Cavrois
María José Camacho
Director de Fotografía, Edición
Andrés Ardila Marín
Editor de Sonido
Akira Shoji