El concepto del tiempo penetra esta exposición como una idea dividida en dos subcategorías: Por un lado, el tiempo lineal que comprende la duración del tiempo que pasamos físicamente en el patio, y por otro, el tiempo interno que se aprecia mediante la observación y la escucha.
Si bien el tiempo suele ser igual, la vida contemporánea en nuestras sociedades modernas avanza más rápido. Hemos creado la velocidad para comprimir la vida dentro del entorno urbano. Al observar nuestro contexto urbano y las horas pico, uno se da cuenta de cómo, en nuestro modo mental, el movimiento equivale al tiempo. Una persona que pasa es un símbolo parabólico del pasar del tiempo.
La firmeza y la inmovilidad de las esculturas de Ximena Alarcón están alteradas por el movimiento que se incita con el deambular del espectador mismo. A través de la observación de sus obras desde perspectivas distintas, tanto su complejidad como su simplicidad pueden ser percibidas como abriéndose a múltiples posibilidades para entender el espacio. Una vez que un objeto inesperado aparece, su entorno se hace más notorio.
Ya sea en el mundo físico, espacial, o temporal, más que un acto de introspección, la obra PATIO ESCULTÓRICO Ia de la artista Ximena Alarcón, invita tanto al sosiego como al movimiento abrazando la existencia con la sencillez de un sorbo de té.